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Reportajes de Salud

Visita al médico sin salir de casa

Visita al médico sin salir de casa

Durante las próximas décadas, las nuevas tecnologías de comunicación y de información, especialmente la telefonía móvil e Internet, van a cambiar la manera en la que los médicos atienden a los pacientes. La utilización de estas tecnologías en la atención médica se conoce como “telemedicina” y supone un gran avance para el cuidado de muchos enfermos crónicos.

El único requisito para que un paciente pueda acceder a la telemedicina es que disponga en su casa de conexión a Internet de banda ancha. Gracias a esta conexión podrá entrevistarse con su médico a distancia. Dependiendo del tipo de tecnología que utilicen, el médico y el paciente podrán hablar o también verse a través de cámaras web.

Las ventajas de este sistema de entrevistarse con el médico son evidentes. En primer lugar se reduce la frecuencia con la que los pacientes tienen que desplazarse a la consulta del médico, con el ahorro de tiempo que ello supone, pero, además, se mejora la atención de aquellos pacientes que viven en lugares muy remotos y que tienen difícil acceso a los cuidados médicos. Por otro lado, la tele-consulta facilita la atención de aquellos pacientes con dificultades de movilidad, que de otro modo tendrían que desplazarse en ambulancia o esperar a que el médico pueda visitarlos en casa, ambas alternativas más caras, y no siempre disponibles con la rapidez deseada. Estos ahorros en tiempo y en dinero pueden facilitar una mayor frecuencia de visita para los pacientes que más atención necesitan. Por último, la tele-consulta podrá permitir el acceso de las personas a ciertos especialistas en su enfermedad, incluso aunque estos no pertenezcan al mismo área de salud y no atiendan en la misma comunidad autónoma.

Autocontrol de enfermedades crónicas

En la mayoría de las ocasiones, la tele-consulta se utiliza en el seguimiento de problemas crónicos, que ya han sido diagnosticados y que son bien conocidos, tanto por el médico como por los propios pacientes. Hoy en día, cada vez existen más dispositivos que el paciente puede comprar en la farmacia, y usar en su casa para controlar sus enfermedades crónicas. Por ejemplo, sistemas sencillos para medir la presión arterial, sistemas para medir el nivel de azúcar en la sangre o sistemas para medir la función de los pulmones. Todos estos dispositivos se encuentran ya en la vida cotidiana de muchos enfermos crónicos. Sin embargo, hasta el momento, los pacientes anotaban las cifras que estos dispositivos mostraban, y se las enseñaban a su médico en la próxima visita. Con el actual desarrollo de las telecomunicaciones, muchos de estos dispositivos son capaces de enviar directamente los datos al centro médico, una vez el paciente ha terminado de hacer las mediciones. Con frecuencia el dispositivo envía los datos al ordenador de casa, o al teléfono móvil, y estos últimos envían los datos al centro médico. Así, pacientes diabéticos, por ejemplo, pueden comentar al médico cuáles son sus niveles de glucosa, y como se encuentran a través de una tele-consulta, sin necesidad, en la inmensa mayoría de los casos, de ir físicamente a la consulta del médico. Los pacientes que están en seguimiento porque tienen la tensión alta, los que tienen problemas de obesidad, los pacientes que desean conocer el resultado de unos análisis o de otras pruebas que ha solicitado el médico, también son ejemplos de personas que pueden ser atendidos de forma segura, a través de una tele-consulta.

Las ventajas de estos sistemas son muchas. En primer lugar toda la información es recogida y almacenada de una manera ordenada, de forma que el personal sanitario, médico o enfermera que los recibe, puede formarse una mejor idea de la evolución en el tiempo de los datos de salud, y por tanto de la progresión de la enfermedad. Por otro lado, el propio paciente también puede acceder a resúmenes ordenados de sus datos, que facilitan la compresión de su enfermedad, y de esta manera colaborar mejor con los médicos en el control de su propia enfermedad.

En general, ambas partes pueden consultar los datos a través de Internet, metiéndose en una página web específica del centro médico. Estos servicios de Internet suelen incorporar también consejos médicos de interés para el paciente, videos educativos y otros sistemas que sirven para enseñar al paciente aspectos importantes de su enfermedad y hábitos de vida que puedan mejorar su futuro, previniendo o retrasando la progresión de la enfermedad. En un futuro, a través de estas páginas web los pacientes podrán contestar cuestionarios sobre diversos síntomas que sus dispositivos de casa no miden, como por ejemplo el dolor o el estado de ánimo. Sus respuestas también serán analizadas por los equipos médicos, que podrán hacer las recomendaciones pertinentes en caso de que algo vaya mal.

Marcharse pronto del hospital, o no llegar a ingresar

El hospital no es un lugar exento de riesgos, especialmente para las personas muy mayores o muy delicadas, por ello la posibilidad de pasar menos días en el hospital, gracias a los nuevos medios tecnológicos debe ser considerada como un avance importante. Uno de los riesgos que tienen las personas muy mayores cuando ingresan en los hospitales es la pérdida de autonomía, es decir, la perdida de la movilidad que les permite cuidar de sí mismos y que se debe en parte a la falta de actividad que tienen cuando están ingresados en el hospital, donde pasan la mayoría del tiempo en la cama o en la silla. Muchas personas ancianas con enfermedades crónicas, tienen la movilidad justa para poder vestirse o poder ir al cuarto de baño solos. Si pasan demasiado tiempo ingresados en un hospital, por una infección o por cualquier otro problema de salud, pueden perder la poca movilidad que les quedaba y necesitar ser cuidados por otras personas a partir de ese momento, o bien un intenso programa de rehabilitación para recuperar la masa muscular perdida y la movilidad que les permitía vivir de forma independiente.

Sin embargo, gracias a los sistemas de telemedicina, algunas personas con enfermedades leves, o que ya han pasado la fase más peligrosa de su enfermedad, pueden marcharse antes del hospital, o incluso no llegar a ingresar en él. En estos casos, se pueden usar diversos aparatos de monitorización que transmiten al hospital la tensión arterial, la frecuencia respiratoria o el electrocardiograma, por ejemplo, y sistemas de videoconferencia que permiten al equipo médico comunicarse con el paciente. En general, las personas que están “hospitalizadas en casa” no están exentas del contacto físico directo con los médicos o las enfermeras del hospital, pero los medios tecnológicos permiten que sean visitados en su casa una sola vez al día o cada dos días, en lugar de tener que estar continuamente ingresados en el hospital. Además, los medios tecnológicos también permiten hacer rehabilitación desde el propio domicilio. En muchas ocasiones, la fase final de la rehabilitación de pacientes que han tenido una operación de rodilla o cadera, o alguna enfermedad neurológica, puede concluirse en casa, con la supervisión a distancia de los médicos, gracias a los programas de tele-rehabilitación, que hacen posible prolongar el tratamiento rehabilitador más de lo que se haría en el propio centro médico.

Vivir solo, mejorar la autonomía y la seguridad

La mayoría de las personas mayores desean vivir en su propia casa el mayor tiempo posible, prefieren permanecer en su domicilio, antes que tener que trasladarse a casa de algún familiar para ser cuidados, o antes que ingresar en una residencia. Se está investigando mucho en avances tecnológicos que permitan a las personas vivir solos, pero con seguridad. Los tradicionales sistemas de teleasistencia (pulseras o colgantes con un botón), pronto serán mejorados con detectores de caídas, que son pequeños dispositivos que se llevan adosados al cuerpo o la ropa y que avisan automáticamente al operador de teleasistencia si la persona cae al suelo, o no se puede levantar. Otros sistemas ya incorporan localización GPS, lo que permite a personas con pérdida de memoria pasear por la calle, con la seguridad de que si se pierden, pueden pedir ayuda y ser encontrados. Estos mismos sistemas también pueden avisar automáticamente, en caso de que la persona que lo lleva se aleje demasiado de los sitios que habitualmente frecuenta.

En definitiva, la tecnología no deja de avanzar y con ello va a ir cambiando la forma en la que los pacientes son atendidos en sus casas, además de ir aumentando la seguridad de las personas que viven solas. Todo ello a la larga se traducirá en que las personas mayores tendrán mejor controladas sus enfermedades crónicas y podrán seguir disfrutando de su vida, en su propia casa por más años.

Ganando adeptos

Aunque todavía no es una práctica extendida, en España existen ya diversos hospitales públicos que ofrecen servicios de telemedicina para el seguimiento de ciertos enfermos crónicos (enfermos de corazón, de pulmón, diabéticos, enfermos con el virus de la inmunodeficiencia humana, etcétera), además, algunas mutuas privadas ofrecen también recursos de telemedicina para diabéticos.

Dr. Alejandro Rodríguez
Geriatra. Investigador del Centro de Estudios Tecnológicos para la Dependencia y la vida Autónoma.
 
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