DIVERSIDAD BIOLÓGICA
Mónica de la Fuente del Rey. Miembro del Grupo Senior
Ya hemos podido disfrutar en esta Gaceta del magnífico artículo que Virtudes Niño ha escrito sobre la “Diversidad en Salud”. Ella ya apuntaba a que “las personas mayores no somos un grupo homogéneo”. Esa heterogeneidad, que por otra parte es una característica del proceso de envejecimiento, está condicionada por los diferentes genes de cada uno y el distinto ambiente en que nos desarrollamos, e incluye todo lo que hacemos, siendo esto último el mayor determinante de la velocidad del propio envejecimiento. Precisamente, esa velocidad es la que explica la denominada “Edad Biológica”, más indicativa que la “edad cronológica” de cómo se está envejeciendo, algo que debería ser tenido en cuenta a niveles institucionales y personales.
La experiencia de haber podido valorar la “Edad Biológica” de más de mil personas de entre los veinte y los cien años, me ha hecho ver que en la mayoría de los casos esa edad no es coincidente con la cronológica. Muchas personas sexagenarias o septuagenarias, incluso centenarias, tienen una edad biológica mucho menor que la cronológica, al igual que muchas de treinta o cuarenta presentan una edad biológica propia de la década de los sesenta. Siendo esto así, ¿cómo es posible que se consideren iguales a todas las personas que son mayores, por ejemplo, de 65 años o de 70 años? En una sociedad en la que se tiende, o se debería tender, a las actuaciones personalizadas, esas agrupaciones deberían revisarse. Es posible que asumir adecuadamente esa idea permitiera neutralizar el edadismo, no solo el que se denomina estructural, también ese que resulta más nocivo para nuestra salud, el autoedadismo.
Por otra parte, esa heterogeneidad no es más que una manifestación concreta de la diversidad biológica o biodiversidad que caracteriza a nuestro mundo y que supone beneficios esenciales para la vida en la Tierra, siendo clave para la supervivencia. De hecho, ya en el año 2020, cuando finalizó el Plan estratégico para la Diversidad Biológica (2011-2020) establecido por las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, se resaltó en las conclusiones que el no haber cumplido los objetivos planteados para frenar la pérdida de biodiversidad en el planeta tendría un gran impacto negativo en todas las especies incluida la humana.
Si debemos cuidar y mantener esa biodiversidad del planeta, resultado natural de la evolución, por su impacto positivo para poder seguir existiendo, cómo no vamos a considerar positiva esa diversidad que caracteriza el envejecimiento.
Teniendo en cuenta que el proceso de envejecimiento solo es aplicable a las especies pluricelulares y con reproducción sexual, lo que supone justamente la vía para conseguir esa diversidad, es fácil deducir que nuestro envejecimiento no es más que el pago que debemos hacer para tener una vida más rica. Visto así, envejecer es un éxito y no un problema.
Si no podemos imaginar un mundo totalmente homogéneo, pues no sería viable, tampoco lo sería tener a todos los seres humanos envejeciendo de igual forma. Si no existiera ese escalonamiento en el envejecimiento, la especie se destruiría ante la mínima pandemia y todos moriríamos a la misma edad. ¿Os imagináis un mundo así?














