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UN DEBATE DE ACTUALIDAD: VALORACIÓN GERIÁTRICA INTEGRAL EN ONCOGERIATRÍA

UN DEBATE DE ACTUALIDAD: VALORACIÓN GERIÁTRICA INTEGRAL EN ONCOGERIATRÍA

La necesidad o no de contar con una valoración geriátrica integral en los pacientes oncológicos mayores ha sido uno de los temas debatidos en la V Jornada Nacional de Oncogeriatría organizada por GIDO (Grup de investigación i divulgació oncológica).

Myriam Rodríguez Couso, coordinadora del Grupo de Trabajo de Oncogeriatría de la SEGG, en la Sesión geriatría para oncólogos en la que ha participado con José Antonio Serra, miembro del Equipo de Liderazgo de la SEGG, ha aportado conclusiones de trabajo de varias sociedades médicas internacionales en las que se recomienda una VGI en pacientes mayores de 65 años con cáncer y en la que hay que incluir lo relativo a la polifarmacia, la sarcopenia y fragilidad y la evaluación de la calidad de vida.

Establecer si un paciente es frágil no es un fin en sí mismo sino el medio para elaborar un plan a medida, optimizar un plan de tratamiento y mejorar resultados clínicos, la calidad de vida, la supervivencia, la tolerancia o el deterioro funcional. Para llevar a cabo estas valoraciones hay una serie de barreras como la saturación de los servicios de oncología, los tiempos limitados y la limitación de conocimiento de oncogeriatría de los oncólogos, la disponibilidad de geriatras o el funcionamiento de compartimentos estancos que limitan compartir la información.

El mayor con cáncer es un paciente complejo con una enfermedad compleja, añadió. “Los geriatras debemos ser expertos en complejidad y en diseñar intervenciones guiadas por la VGI y, por tanto, todos los mayores con cáncer precisan de una valoración por un geriatra. Para ello es necesario adaptar los modelos asistenciales.”

Según los datos expuestos, la sociedad americana de oncología médica recomienda una mínima VGI a todos los mayores de 65 años candidatos a recibir tratamiento de quimioterapia. También la sociedad italiana es partidaria de una valoración por un geriatra una vez recibido el diagnóstico de cáncer. “Los geriatras deben estar en el proceso de toma de decisiones, pero también en todo el viaje, en el continuum del cáncer”, añadió Myriam Rodríguez Couso. “La presencia del geriatra no solo es válida para la VGI sino también para los riesgos y beneficios de opciones de tratamiento, para optimizar el estado de salud del paciente y evaluar su capacidad cognitiva, evaluar su resiliencia, detectar vulnerabilidades y los riesgos de toxicidad.”Además, hay que tener en cuenta que la fragilidad es elevada en este contexto.

“La valoración geriátrica integral no solo consiste en implementar herramientas, también en implementar esa valoración”.” Hay que geriatrizar el mundo hospitalario y extrahospitalario y a los oncólogos con paciente mayor.” Según la experta de la SEGG, es necesario incluir a los geriatras en los equipos multidisciplinares.

En este debate, José Antonio Serra, jefe del servicio de geriatría del Hospital Gregorio Marañón y socio también de la SEGG, ha resaltado que las políticas sanitarias deben encaminarse a mantener la funcionalidad hasta el momento más cercano a la muerte. Según él, hay que tener muy claro qué es un anciano, que la edad es un criterio más y que el problema es cuando se mira la edad y no el paciente. “La valoración geriátrica integral es el principio, no el final de algo”.

Ser viejo no equivale a ser enfermo, ha mantenido. La edad en sí mismo no es un indicador de un deterioro inevitable. No existe ninguna enfermedad que sea acompañante inevitable del envejecimiento. El envejecimiento fisiológico es la disminución de la capacidad de reserva de los órganos; es un proceso benigno y varía entre personas y entre órganos.

En la toma de decisiones sobre el paciente enfermo hay que tener en cuenta la situación clínica, asistencial y el contexto. Eso incluye la fragilidad, comorbilidad, deterioro cognitivo, físico, fragilidad; y en el área asistencia la posibilidad de hospital de día, atención domiciliaria, posibilidad de desplazamiento, residencia y la rehabilitación. Lo referente al contexto supone tener en cuenta la soledad, la pobreza, el bajo nivel cultural, dificultad en la comunicación, limitación en la movilidad y el sedentarismo. Serra ha insistido también en que “los geriatras trabajamos en la complejidad.”

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La V jornada nacional de oncogeriatría ha sido organizada por GIDO con la finalidad de avanzar en esta especialidad cuando “actualmente asistimos a una población cada vez más envejecida, en parte gracias a la mejoría en el cuidado de la salud y las condiciones de vida. Con el incremento de la expectativa de vida, está aumentando el número de pacientes ancianos con cáncer. El envejecimiento se asocia a un mayor riesgo de neoplasias, de manera que se calcula que la mitad de las neoplasias ocurren a partir de los 70 años. Desafortunadamente, existen muchas lagunas en el manejo de esta población, fruto de la ausencia de evidencia científica robusta.” El comité científico ha estado integrado por Regina Gironés Sarrió y Oscar Juan Vidal.

 
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