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Reportajes de Salud

Arándano, escudo frente a las infecciones

Arándano, escudo frente a las infecciones
Las infecciones son muy frecuentes en la personas mayores y su ubicación más común es las vías urinarias. Esta prevalencia se debe a tres factores fundamentales: la edad, el género y el medio en el que se desarrolla el paciente.

Con el paso de los años sufrimos cambios físicos y fisiológicos importantes como el padecimiento de artrosis, la dificultad para conciliar el sueño, la pérdida de la agudeza visual o de la capacidad auditiva; sin embargo, ignoramos que nuestro sistema inmune también cambia, es decir, tenemos menos defensas ene nuestro organismo y, por lo tanto, sufrimos más infecciones.
El género también es un factor importante para sufrirlas, por ejemplo, una mujer en edad menopáusica puede padecer de una vaginitis atrófica (disminución de la lubricación vaginal) debido a cambios hormonales en esa etapa de la vida, lo cual favorece a una colonización de las bacterias, que migran al aparato urinario.
En los varones lo que sucede es que presentan un menor flujo de la orina proveniente de la vejiga debido a que la mayoría ellos tienen un volumen prostático mayor de lo normal, y esta retención es un caldo de cultivo para los gérmenes.
También es importante el medio en el que se desarrolla el paciente, es decir, las infecciones de orina son más frecuentes y más difíciles de manejar con antibiótico en pacientes hospitalizados e institucionalizados, que en aquellos que habitan en su domicilio.

Prevenir antes que tratar

El manejo de las causas es fundamental, y el tratamiento es prioritario para evitar posibles complicaciones. Un ejemplo muy claro es la patología prostática en el varón, que con una intervención quirúrgica puede solucionar el problema, o en el caso de la corrección de un prolapso vaginal en la mujer.
Sin embargo, muchas veces el tratamiento definitivo de la causa no es posible y es cuando la prevención tiene un valor importante, ya que las infecciones de orina en el paciente mayor favorecen los ingresos hospitalarios, y aumentan la mortalidad.
Hay diversas forman de realizar prevención, desde la adecuada limpieza de la zona perineal hasta el uso de un antibiótico de forma profiláctica. Esta pauta antibiótica se denomina supresora, y debe ser administrada una vez al día y durante más de un mes. Sin embargo, esta terapia también puede favorecer a la resistencia antibiótica y otros efectos adversos.

El poder acidificante

En la actualidad hay otras alternativas que actúan como preventivas, pero sin causar los efectos adversos propios de la terapia antibiótica. Una de esas alternativas es el uso del jarabe de arándanos.
El jarabe de arándanos tiene una composición diferente a otras frutas, es más ácido (como el limón) y tiene menos azúcar, es decir, tiene componentes que acidifican la orina y pueden evitar la adhesión de la baceteria (en especial de la Escherichia coli que es el patógeno más frecuente, siendo el causante hasta del 85 por ciento de las infecciones) en la vejiga, primer paso para la colonización y desarrollo de una infección de orina. Esta propiedad no se ha encontrado en otras frutas también ácidas como la naranja, el mango, la piña y la uva.
En la actualidad se ha descubierto que el jarabe de arándonos puede ser útil en diversas patologías, ya que, por ejemplo, disminuye la adherencia del Helicobacter Pylori a la mucosa gástrica, evitando así la úlcera por éste germen; mientras que también es usado como antioxidante e incluso hay estudios que describen que ayuda a una mayor dilatación de los vasos.
Esta nueva terapia tiene escasos efectos adversos, sólo se pueden presentar en dosis muy elevadas pudiendo dar lugar a la retención oxalto y como consecuencia producir cálculos renales de éste elemento.

Aprende a reconocerlo

El arándano es una baya de color oscuro, azuladas o rojizas de tamaño parecido al de la aceituna, de entre siete y doce milímetros de diámetro.
Estas frutas son oriundas de Asia y Europa, y se cultivan especies con fines comerciales, por lo que es fácil encontrarlas en mercados especializados desde el mes de junio hasta diciembre.
Tienen un bajo valor calórico por su escaso aporte de hidratos de carbono (30,1 calorías por cien gramos de porción comestible), y son especialmente ricas en vitamina C, fibra, potasio, hierro, calcio, taninos de acción astringente y diversos ácidos orgánicos. Pero lo que de verdad caracteriza a estas frutas es su abundancia de pigmentos naturales (antocianos y carotenoides) de acción antioxidante.

Fíjate en el mercado

Cuando vayas a elegir este tipo de frutas es conveniente que te fijes en su color porque debe ser brillante e intenso. Deben encontrarse firmes al tacto y secas, ya que las blandas y húmedas se estropean antes. No adquieras los frutos que no estén maduros pensando que ya madurarán en casa, ya que esto no sucederá. Tampoco es conveniente adquirirlos demasiado maduros ya que pierden su jugo.
Dra. Claudia M. Terán B - Hospital Clínico San Carlos. Servicio de Geriatría.
Dra. Claudia M. Terán B
Hospital Clínico San Carlos. Servicio de Geriatría.
 
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