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MATILDE FERNÁNDEZ: “LA SOLEDAD NO DESEADA SE CURA HACIENDO BARRIO”

MATILDE FERNÁNDEZ: “LA SOLEDAD NO DESEADA SE CURA HACIENDO BARRIO”

Que la Soledad no Deseada se cura haciendo barrio es una idea muy clara de la presidenta del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, Matilde Fernández. Sindicalista y ex ministra de Derechos Sociales, en la actualidad trabaja contra esta Soledad que quiere abordar de forma intergeneracional y transversal. Aboga por nuevas formas de vivienda y por mayor formación para los profesionales que atienden a los Mayores.

¿Cómo llega a este Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada?

Llego desde una Asociación contra la soledad no deseada montada en 2018 donde trabajábamos con herramientas técnicas, con las escalas correspondientes y comparando lo que hacen los americanos y los nórdicos. Y por una propuesta de la Fundación Once.

Y ¿qué ha encontrado al llegar?

Desde El Observatorio y aquella asociación decidimos crear una red sobre este tema y decidimos, con motivo de las elecciones de 2018, escribir una carta a todos los partidos políticos del país para decirles que la soledad era un tema del que ya se estaban ocupando otros gobiernos, que estábamos atrasados y que era necesario hacer dos otres grandes cosas.

Una, que la administración central dispusiera de un Observatorio para recopilar investigaciones, sumarlas, hacer otras nuevas, conocer mejor las soledades. En segundo lugar, era necesario sensibilizar al conjunto de la sociedad española, ciudadanos, organizaciones universidades instituciones… para llevar a cabo políticas preventivas y estar sensibilizados sobre el tema. Y, en tercer lugar, como en otros países, desarrollar un plan estratégico con acciones positivas que, además, necesariamente tenían que ser intergeneracionales y transversales.

Se da la circunstancia, a raíz del Estado de Bienestar en todos los países, de que cada uno se ocupa de lo suyo.  “Yo me ocupo de mi sanidad, yo de mi educación “… y se ha demostrado que hay que ser mucho más transversales entre áreas de trabajo, entre políticas y ser, además, intergeneracionales. Los nuevos males como el aislamiento, la soledad, los deseos de suicidio, la frustración, son males que tienen que ser trabajados de modo intergeneracional.

En aquel momento, tanto el PP como el PSOE sobre todo contestaron que les interesaba. Gobiernos municipales, autonómicos y provinciales donde gobiernan los grandes partidos fueron tomando iniciativas desde 2018 hasta ahora pero no hicieron lo suficiente en el ámbito de la administración. Y el Observatorio se puso en marcha y envió un escrito a las instituciones y en estas nuevas elecciones y ya hemos notado una evolución inmensa. En medio de toda esa corriente, en 2021, la fundación ONCE me dijo que ponía en marcha el Observatorio si no llegaba desde la administración central. En el 2018 sonaba a chino. Empezamos a hablar, a pactar con organizaciones y hoy todos los programas electorales hablan de soledad no deseada. Es el primer avance que ha habido; es un tema del que hay que ocuparse.

En muy poco tiempo. El Observatorio tiene un comité consultivo formado por todas las organizaciones sociales de este país muchas de las cuales han ido creando este sentimiento de que hay que ocuparse de la soledad. La ventaja del Observatorio es que, además de hacer seminarios, encuentros y divulgar las buenas prácticas, en dos años ha elaborado grandes investigaciones. Una, cualitativa, sobre la soledad. Se ha encargado a tres grandes catedráticos de economía y expertos en política sanitaria el estudio de costes y se ha visto que sin hacer nada el sistema sanitario y laboral en España dedica un punto del PIB, 14.000 millones de euros, a  frecuentación médica, ir más al médico con tu tristeza o tu soledad,  consumir más fármacos, y a reducción de jornadas de trabajo por bajas.

Ahora en enero con toda probabilidad estará tabulada la encuesta dirigida a jóvenes para conocer la soledad de los jóvenes. Están demasiadas horas atados a los móviles y cuando lo apagan dicen estoy solo y hay que convencerles de que vayan a charlar entre amigos, tocarse, a un centro sociocultural, trasladarse afecto.

¿Qué conclusiones han encontrado en relación con las Personas Mayores?

Coincido con lo que dice la SEGG. La soledad de los mayores aparece con el paso de los años por pérdida de relaciones familiares y sociales. Por eso es tan importante hacer barrio. Por eso es tan importante hacer conexiones en los barrios porque si vas perdiendo a tu familia, te encuentras con nidos vacíos o con viudedades y hay que crear redes alternativas, redes que están en el entorno de las personas y eso es el barrio. Las pérdidas sociales suponen de pronto que ya no te encuentras con tus compañeros de trabajo y dejas de hacer determinadas actividades. También hay que pensar en barrio y pobreza. Cuando hay escasez de recursos hay más soledad, cuando hay componentes de personalidad introvertida hay más soledad, cuando has ido abandonando relaciones y redes, hay más soledad y hay que ir recomponiendo esas conexiones.

En los municipios pequeños, a pesar de encontrarse con el aislamiento físico y la soledad, hay respuestas como esa silla en la calle, esa persona mayor que le dice al joven “si te puedo ayudar en algo, he ido a dar un paseo y he visto tus vacas y te puedo ayudar.” Son cosas que pueden interconectar a las personas. En el ámbito rural había una estructura familiar porque los hijos se necesitaban para la producción. Había muchos hijos mientras que en la ciudad esas familias extensas se reducen. El hecho de que España se haya ido haciendo un país más urbanita provoca cambios sociológicos en la estructura de las familias españolas y eso también puede influir. Por otra parte, hay que tener en cuenta la longevidad ya que la medicina ha sido un éxito y la universalización de la sanidad implica que vivimos más años. Ya hay muchos centenarios en este país y ahí aparece la soledad, que se puede vincular también a viviendas viejas donde no llamas a los amigos a reunirte porque te parece que no están en buen estado.

¿Tienen datos concretos sobre cómo afecta la soledad a las Personas Mayores?

Se va conociendo poco a poco. En España los mayores de 65 son un 20% y estamos manejando el dato de los más de 80 años y más de 65 que viven solas. Entre los mayores de 65 ( un 20%), un 29,4% son mujeres y  un 15,8% son hombres. En general, las mujeres tendemos a decir: ”yo estoy muy bien”, aunque no lo estén” A partir de los 65, las mujeres verbalizan que les falta familia; los hombres verbalizan que les faltan relaciones sociales, les falta el compañero de paddle o de petanca. Esos son indicadores que van dándonos información. Las mujeres no dicen sentirse solas hasta después de los 80, siempre han tenido relaciones y herramientas mientras que los hombres eran más pasivos en ese sentido. Las mujeres sienten esa pérdida de la gente que estaba a su alrededor.

¿Cuál es el próximo proyecto?

El de la soledad en la juventud. Me interesa para hacer frente al edadismo, porque cuando hablamos de soledad, hay una tendencia a pensar que es cosa de viejos o de personas con discapacidad. Pero no solo es así. La soledad viene para quedarse mientras eso no ocurre en otros colectivos. Puedes sentir la soledad por frustración laboral o un noviazgo y en esos casos, llega y desaparece cuando el problema se resuelve, Pero con los mayores viene para quedarse y eso puede conducir al edadismo, ese otro malestar propio del siglo XXI, aunque comenzara a hablarse en el siglo XX. Saber qué les pasa a los jóvenes nos sirve para decir que hay soledades, que se presenta a distintas edades y que hay que ser capaz de analizar lo que ocurre.

¿Cómo propone gestionar la transversalidad que menciona?

He tenido que ver con el desarrollo del estado de bienestar de este país desde el sindicato hasta el Ministerio de Derechos Sociales y creo que, para ser más eficaces, para gastar mejor el dinero de todos tenemos que generar más transversalidad y ver si se está sobrecargando el sistema sanitario. Ver cómo otro sistema puede colaborar con trabajadores sociales, psicólogos, cuidadores, enfermería, médicos de familia. Se trata de trabajar mejor y aprovechar mejor los recursos y tener en cuenta la educación a lo largo de toda la vida, por ejemplo, como es la universidad de mayores…. Todo tiene que estar integrado. Los indicadores de casos y violencia tienen que ver con que la pornografía está descontrolada y la escuela y los padres no estamos educando adecuadamente. Hay que llegar a la escuela y las asociaciones de padres y de educadores en todos los ciclos, hay que llevar estos temas y trabajo preventivo.

Habla a menudo de la importancia de las relaciones intergeneracionales.

Se trata de abordar el aislamiento, la soledad. Hay que medir buenas prácticas que están surgiendo. Los cohousing, esos nuevos pisos tutelados, ya los había en el siglo pasado. Los había cerca de una residencia mientras las personas eran válidas, luego pasaban a la residencia. Ahora hay que trabajar mucho más en viviendas compartidas entre mayores y jóvenes. Ya se están haciendo proyectos intergeneracionales. Los jóvenes van a trabajar, ayudan con el ordenador y los mayores pueden hacer la compra. Se están haciendo, aunque menos de lo deseado. Hay que animar a estar en estos proyectos porque a veces se construyen los apartamentos, pero falta un educador social. Ya hay muchas experiencias en los países nórdicos. Para mi son el espejo de las buenas políticas públicas.

Mi opinión personal es que en los próximos años la pedagogía publica tiene que cuidar mucho el capitulo de la nómina, la gente contratada por las administraciones. Se necesita mucho más porque la crisis y la pandemia hacen que se necesite más gente. La tecnología puede resolver mucho trabajo administrativo, pero no puede ser que las becas de ayuda no lleguen a la gente que más lo necesita porque ese indicador no esté registrado. La formación de la SEGG y CRUZ ROJA que llevan formando a 35.000 personas es algo a tener en cuenta, pero no es una multinacional...

Va todo muy deprisa. Recuerdo haber oído a Felipe González que una ley se quedaba vieja en diez años. Ahora se va a otra velocidad y por eso se necesitan observatorios para conocer bien las cosas.

¿Hay suficiente respuesta de las instituciones en cuanto a los problemas de la Soledad no deseada?

Cada vez más. Hay que coordinarse porque hay que trabajar mucho en prevención, sensibilizar. El plan estratégico de Reino Unido lo hicieron de modo transversal, lanzado a todo el país. Empezaron con una campaña nacional “Hablemos de la soledad” e iban con un microbús por los pueblos, las zonas rurales y por distritos de ciudades y se ponían a charlar. El desarrollo del estado de bienestar ha hecho que muchas personas vivan pensando que se lo den todo hecho y no paro de decir que detrás de un derecho hay una responsabilidad.

Por tanto…

Hay que actualizar el papel de todos los ministerios y administraciones del área social, aprender a trabajar transversalmente entre todos, con apoyo mutuo. Es un momento en el que las administraciones locales van a tener un papel protagonista (la administración de la gente) porque pueden hacer barrio, con proximidad. Y son tiempos en los que hay que trabajar mucho en prevención, sensibilización, colaboración, como dicen los americanos. Hay que hacer conexiones. Si de pronto estás en un pueblo que cierra la escuela, hay que sentarse y ver qué conexiones se pierden, entre niños, entre padres, entre amigos.

 
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